A pesar de la gran popularidad de la carne de cerdo, las personas están empezando a criar cerditos como mascotas, principalmente debido a estudios que confirman su notable inteligencia.
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En medio de esta tendencia, los etólogos de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, Hungría, lanzaron el Family Pig Project (FPP) en 2017 con el objetivo de criar cerdos en un entorno similar al de los perros familiares para que ambas especies puedan compararse adecuadamente en investigaciones experimentales.
En un estudio reciente publicado en la revista Scientific Reports, los científicos Paula Pérez Fraga, Linda Gerencsér y Attila Andics llevaron lechones y cachorros de cuatro meses criados de la misma manera al laboratorio para investigar cómo interactúan con sus cuidadores humanos.
Como describieron los investigadores: “Presentamos a los animales una prueba de preferencia, en la que el dueño se emparejaba con una persona desconocida u un objeto familiar. Medimos la aproximación y la búsqueda de proximidad de los lechones y cachorros. Nuestra hipótesis era que los cerdos familiares mostrarían preferencia por su cuidador de la misma manera que lo hacen los perros familiares.”
“Tanto los cerdos familiares como los perros buscaban la proximidad de su cuidador en contextos neutros no restringidos, según lo reflejado por el tiempo total dedicado y la preferencia por estar en la vecindad directa de ellos”, encontraron los investigadores.
Sin embargo, hubo algunas diferencias de comportamiento entre los cachorros de perros y los lechones.
“Ninguna de las especies mostró preferencia por su dueño sobre un extraño, pero por razones aparentemente diferentes”, dijo la autora Linda Gerencsér. “Los perros prefieren estar cerca de ambos humanos en lugar de en otro lugar, mientras que los cerdos prefieren mantenerse alejados de los compañeros sociales, lo que puede reflejar un leve temor al humano desconocido.”
Los cerdos también interactuaron de manera más íntima con sus dueños. “Los cerdos necesitaban más contacto físico”, describe la investigadora Paula Pérez Fraga. “Tocaban al dueño con el hocico de la misma manera que lo hacen con los congéneres y subían al regazo del dueño.”
“En resumen, encontramos que, después de una intensa socialización, los cerdos jóvenes, al igual que los perros familiares, mostraban comportamientos de búsqueda de proximidad hacia el cuidador”, concluyeron los investigadores.
Fotos: Condutta / Dall-e